17 de junio de 2011


                                                  


Desde el punto de vista histórico Mahatma Gandhi es uno de los personajes más importantes de la historia contemporánea, sus esfuerzos por obtener la independencia de la India lo convirtieron en el máximo exponente de la lucha por el autogobierno de su país, una batalla que se caracterizó por el rechazo al uso de armas, siendo esto para la época un nuevo y novedoso método de lucha que jamás había sido utilizado; Esto se pone de manifiesto también en la relación que Gandhi   mantuvo con el escritor ruso León Tolstoi de quien se dice que contribuyó en gran medida al concepto de resistencia no violenta 








Por la libertad de mi pueblo estoy dispuesto a dar gustosamente mi vida, pero por nada, estoy dispuesto a quitarle la vida a otro”



En varias ocasiones Gandhi fue apresado por el gobierno británico mientras realizaba manifestaciones en defensa de sus ideales, sin embargo en 1922 fue aprehendido por Gran Bretaña cuando se produjeron una serie de revueltas que terminaron con una violencia de tal magnitud que llevo al líder hindú a retirarse de la vida política en el 1924 tras su puesta en libertad,  incluso su esposa fue también víctima de dichos apresamientos, los cuales se produjeron en algunos casos mientras éste llevaba a cabo una huelga de hambre (método que utilizó en muchos períodos sin tener que llegar a la violencia). 





Luego de la independencia de India en el 1947, Gandhi llevó su batalla aun más lejos y trato de reformar el sistema de Castas de su país, con el fin de integrar a las castas mas bajas (los shudrá o esclavos, los parias o intocables y los mlecha o bárbaros) y se opuso fuertemente a todos los conflictos religiosos que se produjeron en toda la India luego de la liberación; Esta nueva batalla se caracterizó por el uso del ayuno como método de lucha y se dice que Mahatma Gandhi realizó 16 ayunos con el fin de conseguir la paz religiosa de toda la india.



“Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio”


  









En 1888 Mahatma Gandhi fue a Inglaterra, donde estudió Derecho. Una vez iba caminando por una calle de Londres y fue sorprendido por un chaparrón de agua, dicen que en ese lugar llueve todos los días. Gandhi empezó a correr para huir de la lluvia y logró refugiarse debajo del alero de un lujoso hotel, ahí se quedó parado mientras pasaba el vendaval. A los pocos minutos apareció una lujosa limosina y de ella salió un magnate inglés, le bajaron las maletas y el carro fue conducido hasta el estacionamiento.


- !Oye tú!, Agárrame las maletas! - gritó el británico a Gandhi quien no sabía que era con él, miró hacia los lados y hacia atrás para ver a quién se dirigía el magnate-, !eh tú, hindú! - repitió el inglés con fuerza -, !He dicho que me agarres las maletas!

Gandhi se dio cuenta de que era con él a quien hablaba el potentado, y entonces se acercó a cargarlas. El inglés le ordenó que lo siguiera hasta el cuarto piso; él subió por el ascensor y el hindú por las escaleras porque en esa época los hindúes eran considerados menos que los demás...

Una vez que Gandhi dejó las maletas en el sitio indicado, se dispuso a retirarse.

- !Mira tú, indio!, Cuánto te debo? - dijo el magnate.
- Señor, usted no me debe nada - Gandhi contestó cortésmente.
- Cuánto me vas a cobrar por subirme las maletas? - insistió el hombre.
- Señor - repitió Gandhi -, yo no voy a cobrarle nada.
- Tú trabajas aquí?, No?
- No señor, yo no trabajo aquí; yo estaba en la puerta esperando que dejara de llover para continuar mi camino.
- Si tu no trabajas aquí, por qué subiste las maletas?
- Porque usted me pidió que lo hiciera... y lo hice
- !Quién eres tú?!
- Yo soy Mohandas Karamchand Gandhi, estudiante de Derecho de la India.
- Bien, bien... entonces, ¿cuánto me vas a cobrar?
- Señor ya le dije, no le voy a cobrar nada y nunca pensé en cobrarle - dijo Gandhi.
- Si tú no pensabas cobrarme nada por subirme las maletas - dijo nuevamente el inglés -, entonces por qué me la subiste?!.
- Señor -expresó el futuro Mahatma - yo le subí las maletas a usted por el inmenso placer que me causa el colaborar con los demás, por eso lo hice, porque para mí servir es un placer.
Si, servir es un placer: !Que inmenso placer!

Después de esto, Gandhi nos dejaría este pensamiento: 

"Todos los placeres y satisfacciones palidecen y se convierten en nada ante el servicio abnegado que se presta con alegría" 









En Inglaterra Gandhi descubrió uno de los hechos que marcaría su vocación: Oriente a través de Occidente. En Londres compartió con algunos teólogos sofistas que lo indujeron a leer el primer clásico hindú:  el Bhagavad Gita, al que consideraría «el libro por excelencia para el conocimiento de la verdad». También entró en contacto con las enseñanzas de Jesucristo y llegó a dudar entre este y el hinduismo. Desde ese momento intentó resumir los preceptos del cristianismo, el budismo, el islamismo y el hinduismo y las unificó con una sola idea en común: la renunciación.


La renunciación  consiste en unir a la gente mediante el cultivo de la hermandad en sus corazones renunciando a las cosas materiales que atan al mundo físico y nos alejan de la verdad absoluta.

SOBRE EL BIEN COMÚN



"En mi modesta opinión, la desobediencia al mal es un deber tanto como lo es la obediencia al bien. No obstante, en el pasado, la desobediencia ha sido expresada, con deliberación, en forma de violencia contra el perpetrador del mal. Mi cometido es el de demostrar a mis compatriotas que la desobediencia violenta sólo multiplica el mal y, puesto que el mal sólo puede sobrevivir gracias a la violencia, negarse a apoyar al mal requiere el abandono incondicional de la violencia. La no violencia implica la sumisión voluntaria al castigo por la desobediencia al mal. Por tanto, estoy aquí para dar la bienvenida y someterme de buen grado al cumplimiento de la pena más alta que pueda serme infligida por lo que según la ley es un delito deliberado y por lo que a mí me parece el deber civil supremo. Lo único que pueden hacer, señoría y señores asesores, es o bien dimitir de su cargo y así distanciarse del mal si sienten que la justicia que deben administrar es un mal y que en realidad soy inocente, o bien infligirme la pena más severa si creen que el sistema y la ley que consienten en administrar es buena para las personas de este país y que mi actividad es, por tanto, perjudicial para el bien común."







¿Por qué Gandhi después de Hessel?



Anteriormente estudiamos a Stéphane Hessel, a quien podríamos calificar de ‘revolucionario’ moderno pero cuyas ideas de protestas van de la mano con las de Mahatma Gandhi. Ambos proponen luchar por el bien común de manera NO VIOLENTA.


Hessel intenta despertar la indignación en los jóvenes de este siglo para enfrentarse a los malos tratos y pobres administraciones de las que son objetos por parte de los gobiernos democráticos y capitalistas que ofrecen “libertad” mientras entregan ignorancia. A su vez Gandhi promulgó  las ideas de libertad y lucha sin violencia para conseguir la independencia de la India.

Estos dos personajes son un ejemplo a seguir para las generaciones que se preparan a tomar acción en la vida pública de sus países. Con su experiencia podemos dar respuesta a las inquietudes que nos abordan sobre cómo reaccionar ante las dificultades que nos presentan las autoridades gubernamentales cuyos intereses sobrepasan los intereses de la sociedad.

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